martes, 31 de agosto de 2010

sabor frances / Ojos cristalizados, sabor cereza roja: Por Julius

Definitivamente vale la pena hablar de la fiesta del 28 de Agosto del 2010, realizada en la finca “La niña” en las afueras de Marinilla: E-concepts night Techno never dies.
Como lo comprobamos de nuevo esta vez, la música es lo que pone en relación a los asistentes en tanto que ella es armonía que arrastra consigo misma, y si ella –la música- no se estructura como una unidad orgánica es imposible que porte la armonía que arrastra, y por lo tanto que tal relación entre los asistentes se establezca; al contrario lo que sobreviene en dicho caso –cuando la música no es unidad orgánica- es la incomodidad propia del destructor y lento paso de la noche. Como es evidente, el hecho de que la música se estructure como unidad orgánica se convierte en la labor esencial del DJ, labor difícil y que está sujeta por completo al Azar. Y si como dice Mallarmé: “Todo pensamiento emite un tirar de dados”, lo mismo vale decir para la presentación de un DJ: “Toda sesión emite un tirar de dados”, pero también como dice Mallarmé: “Jamás aunque se haga en circunstancias absolutamente eternas una tirada de dados abolirá el Azar”.


La temperatura de la fiesta desde el principio estuvo complicada, la noche lluviosa amenazaba con llevar todo a pique, pero gracias a la muy buena logística, al trabajo de E-concepts –y en especial al compromiso y a la sobriedad de Gabriel Giraldo, pilar fundamental de este movimiento en el Oriente, en equipo con Juan Florez, y Juan Gil- se logró sortear el mal presagio, y pese al frio y a la lluvia se bailó. Las buenas carpas con una altura ideal sirvieron de refugio para los danzantes, las a menudo agradables visualizaciones a cargo de Dementes nos divertían los ojos esta vez mejor ubicadas en el techo de la carpa y no detrás del DJ, y así mismo el buen sonido potente y claro, y la presencia de seguridad privada, le otorgaron a la fiesta un mejor estatuto y una calidad conceptual más alta, a lo cual el comportamiento de los asistentes correspondió de manera casi ideal –casi ideal porque nunca ha de faltar el deschavetado que no sabe donde está metido y perturba con su extravío por breves instantes el éxtasis del baile-.
“La niña” sigue siendo el mejor escenario posible para el desenvolvimiento de una fiesta fuerte y de un ambiente respirable donde cada quien puede ser, lo cual se diferencia por completo de las fiestas citadinas realizadas en grandes discotecas, donde la parafernalia característica de la opulencia intensifica la pesadez de un ambiente ya de suyo hostil a causa de quienes no entienden que la música en su unidad orgánica como armonía que arrastra consigo entraña el fugaz olvido de la fugacidad humana y nos enlaza, como sucedía ancestralmente, con la eternidad de lo pasajero.
En suma, la fiesta tuvo dos momentos y un punto de quiebre :
El primer momento de carácter completamente ascensional estuvo encaminado por Andrés K y Mateo Posada, quienes lograron aclimatar y sostener en pie los cuerpos de los danzantes con un v.s. bien tejido (esperamos sigan mejorando), y concluyó con la inmejorable presentación de Gabriel G que debido a su experiencia y reconocimiento del público destaca siempre por manejar una curva refinada con tintes experimentales, lo cual lo convierte en un encantador de serpientes y en un DJ solido y contundente como una roca.
Luego de la magistral presentación de Gabriel G, en uno de los momentos más loables de la fiesta, tuvo lugar la discreta presentación del invitado francés Ganez The terrible. Claro, nunca nada abolirá el Azar: los fallos técnicos, la lluvia mojando los equipos, las transiciones musicales difíciles (tal vez no era una noche ideal para una sesión con vinilos), aún después de haber solucionado los asuntos técnicos Ganez intentó hacer lo suyo. Todas estas situaciones condujeron a que la presentación del francés no fuera tan contundente como se esperada. Esperamos que a Ganez, así como a los próximos invitados, el Azar no les haga pasar más malos ratos.
El segundo momento de la fiesta fue directo al grano con la hermosa Juli Aristy que encaminó de manera soberbia. Así como Gabriel fue un encantador de serpientes Juli Aristy hipnotizó como si ella encarnara la danza de Salome a Herodes, lo cual hizo que más de uno perdiera la cabeza como Juan el Bautista. Su presentación fue radiante, y el clareo del día permitía vislumbrar ya los rostros de los asistentes con un nuevo aliento, como si la música les diera a cada momento la fuerza para seguir. Sin embargo no es de buen gusto que a un DJ le colaboren por los lados y que terceras manos toquen las consolas, aún cuando la música sea cada vez mejor, ya que eso demuestra inseguridad, y a mi modo de ver, un DJ debe tener la fortaleza suficiente para crear por sí mismo una espiral envolvente en la fiesta. De todas formas, Juli Aristy demostró tener potencial hasta tal punto que fue capaz de articular la compleja música de Camea sin desentonar, reivindicando con ello la fuerza del papel femenino en el movimiento, y logrando con esta presentación una reafirmación del buen nombre del que ahora goza. Finalmente, Andrés Gil concluyó lo iniciado por Juli Aristy, convirtiéndose en un buen rematador, llevando la fiesta a un punto límite con una música explosiva, sin novedad evidentemente, pero acorde a la situación y a las exigencias del público. Andrés Gil exprimió a los sobrevivientes en poco más de media hora, y eso fue suficiente para apagar el sonido y entrar en el apacible silencio de la naturaleza sin perder la satisfacción del rostro.

En conclusión, fue una fiesta ondulada pero que no decepcionó, lo suficientemente buena para ansiar la próxima, y para descansar con los ojos cristalizados en una cornisa de “La niña” con un sabor a cereza roja en la boca, mientras se planeaba el difícil recomienzo de la vida cotidiana.
29 de Agosto del 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario